My personal touch

Mis queridos lectores y usuarios de Glamourissimo.com:

En estos dias grises de invierno, en los que tal vez no nos apetezca un fin de semana en Nueva York o Lisboa, sino disfrutar de nuestro querido Madrid, quiero proponerles unas direcciones que hagan su fín de semana más interesante.

Para empezar con fuerzas el domingo, nada mejor que hacerlo en el brunch del Café Oliver donde podemos degustar unos suculentos huevos benedictine y unos deliciosos pancakes con maple syrup. Mi amiga Linda McGee solía acompañarlos de un bloody mary; yo, sinceramente, recomiendo el capuccino.

A continuación, nos podemos dirigir a la Fundación Carlos de Amberes, donde se encuentra una interesante exposición de fotografías -sólo hasta el 4 de marzo- del Madrid de los años 50. Inéditas, pero que nos retroraen al Madrid de nuestra querida marquesa de LLanzol -a cuya serena distinción queremos rendir un emotivo tributo, como pueden apreciar en las dos fotos al que incluimos en este apartado- a pesar de incluir fotografías de las clases populares de entonces.

Una oportunidad que nos brinda el fin de semana es mirar con detenimiento los objetos por los que vamos a pujar en las próximas subastas de casas tan emblemáticas como Ansorena. Con los años, he aprendido que las horas de espera en los Vip lounge de los aeropuertos no son la mejor solución para examinar con acierto obras de arte. Los catálogos son orientativos, pero es imprescindible, queridos amigos, acercarse a contemplar in situ si la obra que pensamos adquirir es digna o no de nuestra atención.

Un fin de semana en Madrid es una oportunidad única de revisar nuestro escritorio. Nuestro stationery debe estar siempre a punto para cualquier imprevisto: tarjetas de visita actualizadas, tarjetones con los pertinentes escudos heráldicos, thank you notes en diferentes idiomas -recientemente he includio el árabe, dados mis múltiples compromisos en Oriente Medio-... Les recomiendo que acudan a Paperland, donde suelo encargarlo todo, hasta las invitaciones de bodas gays de mis hijos. Calidad única y trato impecable.

Justo al lado, se encuentra la Fundación Lázaro Galdiano, que siempre merece una visita, aunque sólo sea para recordar el esplendor de épocas pasadas, en las que quienes éramos alguien en Madrid nos conocíamos y reconocíamos.

Y, para finalizar, les recomiendo tomar una copa en el glass bar del Hotel Urban-Villa Real, en la carrera de San Jerónimo, es lo más in del momento: un lugar único donde es posible mantener una enriquecedora charla con personas tan divinas como la marquesa viuda de Iria Flavia y su je ne sais quoi.

Nadja Auermann