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Ante la creciente vulgaridad que nos rodea y va apoderándose del mundo, dada la escasez de personas elegantes -especie en extinción- que han decidido refugiarse en sus reductos de intimidad y la dificultad de encontrar referentes que nos acerquen a la excelencia ética y estética, nace esta página para contribuir a hacer el mundo más sublime, ilustrando y orientando a todos aquellos que compartan estas inquietudes. Bienvenidos. Madame Claude.

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Lugar: París, Nueva York, San Francisco, Barbados

Aristócrata. Elegante. Sofisticada. Encantadora. Misteriosa. Seductora. Idealista. Refinada. Sensual. Inteligente.

domingo, febrero 18, 2007

La educación de nuetros hijos (asunto harto complejo/a matter of true importance)


In memoriam Carmen de Alvear y Cuca García de Vinuesa
(Os lo debemos todo, os debemos tanto)




Mis queridos amigos de Glamourissimo.com:















Actualmente, la educación de los jóvenes es deplorable. Desde la infame implantación de la L.O.G.S.E, nuestros hijos corren grave peligro de ser adoctrinados en sórdidos principios antizaristas, ya que, como ustedes pueden suponer, ninguno de nuestros jóvenes es capaz de apreciar la delicadeza y belleza de un oeuf Fabergé . Es natural que muchas madres, tensas, pasen las horas muertas fumando y angustiándose al comprobar que su hijo aún no se convierte en un atractivo joven talentoso o su hija en una muchacha distinguida cuyo sueño sea dar hijos a este hombre -una vez desposados convenientemente- y ser la reina y el corazón del hogar. Algo increíble, mis queridos amigos: ¡hombres y mujeres reciben la misma educación! Como saben, hemos sido creados distintos y diferentes, por tanto, debe ser la preparación que, desde nuestra niñez, recibamos la que ha de despertarnos a una madurez en que cada uno cumpla correctamente su cometido por el bien de la nación y de nuestra clase. En una palabra, ser capaces, en la edad conveniente, de llenar el mundo de charme.
Como deducirán de estas líneas, la educación que actualmente reciben los queridos jóvenes me deja consternada. Faîtes attention!: no hay garantías de que nuestros hijos reciban la educación que merecen. Me refiero, como bien pueden suponer, a la educación que recibimos nosotros -disciplinada y glamourosa- si no los rescatamos de esos antros denominados Colegios e Institutos Públicos -nada que ver con el Lycée Condorcet- y los enviamos a determinados centros en el extranjero.



¿Dónde están aquellas nurses e institutrices que velaban por el savoir faire de nuestros padres, cuyos sabios consejos les sirvieron para no cometer errores irreparables y guardar valores inmarcesibles como la ingenuidad y el candor de la infancia?
Ahora no saben comportarse en sociedad, lo que afectará negativamente en su inserción en el gran mundo.


Por eso, les recomiendo que envien a sus hijos Villa Pierrefeu: un lugar en donde su hija aprenderá todo lo que necesita para ser un magnífica salonnière cual Emmanuella de Dampierre.

El abuelo Werther, recién llegado del Tirol, me ha garantizado que el nivel de educación es el que requieren nuestras cosmopolitas hijas -como ven, mi alegría no ha podido ser reprimida.
En este centro, aprenderán clases de baile, lecciones de urbanidad, tales como llegar tarde a la ópera con dignidad; guardar gracia y porte mayestático al tropezar en una escalera; aprender ciertas normas de convivencia para salir airoso incluso en las condiciones más adversas; tener muy presente la virtud del ahorro -algo penosamente olvidado-, que puede dar resultados tan espectaculares como saber ser fascinante aun llevando ropa fuera de temporada; marketing; practicar deportes varios; en fin, todo lo que se resume en una palabra: elegancia.